«… Elio Antonio sabía / que, como buen
pastor, / se hacía necesario aglutinar la lengua, /poner normas al incipiente
idioma, /arrullarlo en torno a unos principios / para que así tuviera piel para
la caricia / y un pañuelo también /donde acoger su llanto /y guiarlo evitando
el precipicio…» (pág. 168, Manuel Laespada Vizcaíno, «Elio Antonio sabía»).
No hay comentarios:
Publicar un comentario