De
todos los oficios que giran en torno al libro, tal vez el de ilustrador sea uno
de los más creativos.
Para
desarrollar esta profesión no solo se necesita mucha imaginación o tener un don
para el dibujo, sino también una sensibilidad especial para plasmar en imágenes
el sentido del texto y que ambos se completen.
Ejemplo
de todo esto es Alfredo González, último Premio Nacional de Ilustración en
España.
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