EL MOLINO
Yacimiento ibero
Cerro de las Cabezas.
Entre la bellota y el fuego levantaron tapias.
En los huecos de esos muros vivían y molían el grano.
Afuera, el Jabalón se deshace lento en guijas y anguilas.
La abubilla y el jilguero transmutan la luz en viento.
El hinojo y la jara entregan el perfume del cuarzo a la luna.
La misma piedra, el mismo grano, el mismo hierro
que de sus manos a sus bocas corría por sus venas,
discurre hoy nuestra sangre.
Mas hoy un muro de olvido
separa al que somos del que fuimos.
Nos gira dentro como un molino
que alimentado de simiente entrega plástico.
Sentados junto al fuego nuestros ancestros
muelen el grano y conversan sobre el devenir.
Hace mucho que no se siente al lobo.
Las nubes vienen generosas.
Murió un lactante anoche.
El trigo cuaja rápido mientras los días se alargan.
Dicen que hay guerra del lado sur de la sierra.
Quizá esta vez nuestros hombres no regresen.
Muelen el grano.
Mecánicamente. Una vuelta más al eje. Un giro más a los astros.
Desde sus manos rotas la raíz se hace espiga.
Y al ritmo que la vida muele los huesos
la tierra se hace harina.
Javier Elías Guzmán Téllez
Su obra literaria se reparte en distintas polaridades que tratan de
aunarse. La naturaleza, la ciudad, lo puramente emocional, la contemplación del
mundo exterior desde las vísceras o la ilusión del tiempo son algunos temas
recurrentes
(XII Antología)
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