TÓMATE UN CAFÉ
Junto a la avenida un poeta declama un poema a todo el que pasa por allí.
Con sutileza, te susurra, «Ven, tómate un café». Adentro, el gran café de
vidrieras modernistas, te arrulla con sus versos y su historia entre sus mesas
de mármol. Y pides, cómo no, un café.
Cuando miras a tu alrededor, la tertulia se aparece en cada esquina y la
lectura en voz alta se hace imprescindible. Los «te quiero verde» se derraman
en los labios cuando recitas y la lengua, tarea en común de poetas soñadores,
retransmite a los cuatro vientos, desde acá hacia allá, ese «facer Españas»,
ese sentir universal que se pasea por el mundo. Un sinfín de greguerías,
aforismos, romances, sonetos o silvas se expanden libres, juguetones, a lo
largo y ancho de un trío de tristes tigres y del camino que el tiempo aún no ha
borrado con quejumbre de bandoneón. Aquella vanguardia te llenó de metáforas y
enderezó entuertos con la punta de lanza de la pluma de Cervantes. El caballero
de la estilizada figura aún no ha dicho su último vocablo. A él no le importa
el color de la piel cuando lo hablas ni tampoco si lo conviertes al criollo,
candombe o amerindio. Puede que lo vuelvas a ver, con su bacín, en otro café. O
que, en el recodo del destino, te invite, con igual sutileza, a que te tomes un
sorbo de su néctar mientras paseas por las calles de tu ciudad. Y que, por fin,
te lo encuentres, entre miles de libros y te susurre: «Ven, tómate un café».
M.ª José Hernández López
Nacida en MADRID en 1977
Correctora de textos freelance y coordinadora de la
revista Chispas Literarias
Escritora de microrrelatos y relatos
Presidenta de la Asociación Cultural La hucha literaria
(XII Antología)
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