¡SALVE, LENGUA ESPAÑOLA!
Vuelco
todo mi amor en el idioma
que
llevó sus acentos de gloria y aventura,
sus
místicos y nobles latidos religiosos,
sus
líricas cadencias,
sus
notas musicales,
más
allá del Atlántico,
por
las rutas del agua y la voz de los hombres,
caballeros
intrépidos, valientes,
navegantes
de sueños oceánicos,
que
dejaron la lengua castellana,
oro
puro, divino, melodioso,
en
los pueblos del nuevo continente.
Vuelco
todo mi amor en el idioma
castellano,
solemne, grave lengua,
nodriza
de antiquísimos enclaves
y
emperatriz hermosa
en
el gran continente iberoamericano.
Qué
gozo sobrehumano
escuchar
este idioma desde siglos
en
los foros y en aulas,
en
templos y en altares,
allende
de los mares que circundan España.
Cargada
estás de tiempo, vieja lengua,
y
luces con melódica armonía,
con
fulgor de esplendente juventud,
a
lo largo y ancho del planeta,
en
nombres tan sonoros
como
Julio Cortázar,
como
César Vallejo,
Octavio
Paz y otros, que son innumerables,
y
no tienen cabida en mi pobre poema.
«Facer
Españas» fue y es hoy en día
tarea
de mi idioma preferido,
la
tarea común de los que hablamos
la
lengua de Cervantes,
de
san Juan de la Cruz, de Amado Nervo
y
de tantos, tantísimos maestros,
que
brillan como estrellas refulgentes
en
el cielo de la literatura.
¡Salve,
lengua española!,
puente
hermoso, brillante, prodigioso
para
unir corazones
y
enlazar en la flor de la alegría
el
alma de millones, que te adoran.
Lázaro Domínguez Gallego
Sacerdote
Profesor jubilado del IES Concepción Arenal de Ferrol
Nacido en ZAMORA en 1936
(XIII
Antología)
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