«… “Cuando lleguemos del otro lado, vamos a comer hasta el hartazgo todos los días, hija, vas a ir a la escuela y ya verás que encontrarás muchos amigos más”. Las palabras de mi padre, en un intento de tranquilizarme, no hacían más que preocuparme. ¿Qué había del otro lado?...» (pág. 186, Martina Bertolotto, «Pibita»).
No hay comentarios:
Publicar un comentario