«RE-VIVENCIAS»: ANIMAR

 

ANIMAR

 

 

Es hora de animar y levantar el espíritu.

 

Empezamos el año bajo los peores vaticinios y signos adversos.

 

Animar es inyectar vida en un organismo.

 

Animar es elevar el tono de una persona, de una familia,

de una sociedad, de un estado.

 

La animación es obligación de los que tienen autoridad y responsabilidad.

 

Sin animación todo decae. Desde el estado físico de las personas

hasta la moral de las instituciones.

 

Animar es llenar de ilusión la vida de las personas.

 

Es difícil animar cuando tenemos dificultades para superar el pesimismo que nos produce la muerte, la vejez, la enfermedad, las desgracias…

 

Sin embargo, hay que animar y seguir viviendo cada instante

con plenitud con alegría.

 

Las alboradas, los mediodías, los jóvenes, los niños, las fuentes,

los pájaros, la primavera, el verano…

 

Hay momentos de animación que están en la propia vida que nos toca vivir.

 

Lo maravilloso es animar aun en los trances difíciles, en la oscuridad,

en la noche, en la vejez, en el invierno.

 

El hombre puede conseguir esto gracias a su inteligencia.

 

Animar manteniendo una actitud siempre positiva ante la fortuna

y ante la desgracia.

 

                   (Fernando Orlando, 1975)