lunes, 7 de agosto de 2023

«RE-VIVENCIAS»: EVOLUCIÓN

 



         EVOLUCIÓN

 
La evolución es consecuencia del progreso.
 
Si el progreso es constante, la evolución es inevitable.
 
La evolución tiene unas leyes que hay que conocer y respetar.
 
El mayor peligro de una sociedad es la estratificación,
o sea, pretender disfrutar del progreso
sin evolucionar en sus formas de convivencia.
 
La ecuación, evolución-progreso,
debe ser resuelta unitariamente, no unilateralmente.
 
El progreso debe basarse en el orden económico y social
para que la evolución cree una sociedad cada vez más perfecta.
 
Si la familia progresa y el padre no evoluciona,
se romperá el equilibrio familiar.
 
Familias ancladas en las formas mentales
de unos padres retrógrados que no comprenden los problemas
de la evolución que sus hijos les plantean.
 
Y entonces los hijos hablan de revolución.
Cuando conocen los aires nuevos de las ideas progresistas
cuyas partes positivas no quieren reconocer sus mayores.
 
Labor educacional, maravillosa, de padres e hijos,
en una entidad orgánica y única, la familia.
Ensamblaje perfecto de unos con otros, padres, hijos, hermanos,
aceptando influencias mutuas y benéficas
que derivan de la comprensión y el amor.
 
La evolución y el progreso.
Dos dioses en cuyo nombre
la humanidad sacrifica, en cruel e innecesario holocausto,
millones de vidas.
 
Si el progreso es inevitable, debemos estudiar las leyes
de la evolución social y política
para evitar esas crueles guerras y conmociones sociales
en las que las cuestiones de principio
se dirimen por la primitiva y brutal ley del más fuerte.
 
El poder es el monopolio de una parte principal del progreso.
 
La evolución es la adaptación del poder
a las nuevas situaciones que el progreso crea.
 
Si el poder no facilita la evolución,
se momifica y pierde la razón de ser.
 
La evolución depende de todos y cada uno de nosotros.
Nadie se exima de su propia responsabilidad.
 
 
(Fernando Orlando, Tomo III, 1962)
 

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