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viernes, 19 de enero de 2024

ANTOLOGÍA 2023: LA INSPIRACIÓN

 



LA INSPIRACIÓN
 
 
Mi hermano volvió un día de la clase de Historia asegurando que ya había encontrado su vocación. Ilusionados, mis padres esperaban que fuera la abogacía, la arquitectura o la docencia, pero él, solemne, respondió que quería ser como san Isidoro de Sevilla. La sorpresa fue mayúscula. Que alguien tan lejano en el tiempo fuera su modelo a seguir en un principio alarmó a mis progenitores que, lejos de desalentarle, esperaron prudentes a ver a dónde conducía tal aspiración.
 
Empezó por aprender latín y griego gracias a un profesor jubilado que vivía en el bloque; el docente, asombrado por el entusiasmo del alumno, le recomendó las lecturas de san Gregorio Magno y otros padres de la Iglesia que el propio san Isidoro leyó, y que él, en ese afán de seguir la estela de uno de los hombres más sabios de su época, devoró con avidez.
Al poco, la biblioteca del barrio se le quedó pequeña. Y las estanterías de la casa se vieron desbordadas con toda la bibliografía que pudo conseguir sobre el de Sevilla.
 
Los cambios físicos también llegaron, la barba —entrecana a pesar de su edad—, la profundidad en el mirar, el habla sosegada y, sobre todo, ese talante conciliador y analítico que nos dejaba asombrados a los que habíamos conocido a aquel adolescente rebelde que estaba en contra de todo y de todos.
 
Y no hará falta que explique que fue el primero de su promoción en las varias carreras que cursó, que en las librerías hay un nutrido número de obras suyas y que hoy, en el Parlamento Europeo, mis padres, como yo, hubieran estado exultantes de escuchar en su primer discurso en la Asamblea las palabras de aquel al que quiso emular —«Entiendes que en el dolor se te prueba para que no te abatas, entiende que se te prueba en la prosperidad para que no te exaltes»— antes de recibir una cerrada ovación.
 
 
 
Paloma Hidalgo Díez
Nacida en Madrid, reside en Alcalá de Henares
Es de ciencias porque estudió Químicas y de letras porque no puede vivir sin leerlas y sin escribirlas
Premios: primer premio de microrrelatos de IASA Ascensores; finalista anual del concurso de Relatos en Cadena de la SER y Escuela de Escritores; primer premio del certamen de Microrrelatos Mineros; finalista mensual del concurso de la Microbiblioteca y ganadora del certamen de relato de Aldeas Infantiles
(XVII 
Antología)
 

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