TRIBULACIONES
DE UN HOMBRE SABIO
Cristo,
ayúdame. Tú perdonaste a los judíos que te condujeron al Calvario. ¿Quién soy
yo para juzgar a sus descendientes y obligarlos a abrazar tu fe por la fuerza
de un edicto, so pena de ser expulsados y despojados de sus bienes?
Es
la voluntad de Sisebuto. Un hombre culto que pretende unificar esta hermosa y
bendita tierra: España.
Me
pide que justifique este atropello a los judíos. Dice que así tendrá un
respaldo religioso y jurídico a su decisión, pero yo me siento desolado. Es la
primera vez que escribo algo en contra de mi conciencia. Agustín de Hipona,
mucho más sabio que yo, tampoco estaba de acuerdo en obligar a nadie a profesar
aquello en lo que no cree honestamente: así solo se pueden conseguir seudoconversiones
fundamentadas en el miedo. Él prefería enseñarles y guiarlos por el buen
camino. ¡Y yo también! Pero no tengo más remedio que obedecer. Sisebuto es rey
por la gracia de Dios, y su real justicia no puede estar errada y, si lo está,
tan solo él podrá juzgarle.
Hoy
pongo el punto final y rubrico mi De fide catholica contra iudaeos.
Mañana se lo entregaré a mi señor en la Tierra.
De
mi señor en el cielo, tan solo espero que me perdone.
Sergio Madrigal
Valladolid, 1975, reside en Madrid
Administrativo con estudios en filología e historia
Una de sus aficiones es la escritura, que desarrolla golpeando una vieja Olivetti y participando en concursos literarios
(XVII Antología)
Valladolid, 1975, reside en Madrid
Administrativo con estudios en filología e historia
Una de sus aficiones es la escritura, que desarrolla golpeando una vieja Olivetti y participando en concursos literarios
(XVII Antología)
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