MONÓLOGO
PARA VIVENCIAR A NEBRIJA
Tengo en Alcalá morada
holgada y alacena con sustento honrado, pero en mi espíritu muerde una
dentadura de hiel como aviso cierto de que se acorta mi tiempo para desarraigar
la barbarie que aún acecha, como miserable oficio de algarabía y confusión, a
las lenguas latina y castellana. Tres cipreses desafían ahora mis ojos
ofreciéndome sombra grave que presagia el final y pienso en aquellos otros
cipreses de Bolonia que escoltaban mi camino hasta la basílica de San Petronio,
donde conjuré mi voluntad para luchar contra el desbarajuste de los falsos
gramáticos latinistas que ladroneaban latinajos con la pobre artillería de la
rutina y de la enfangada ignorancia.
En la Universidad de
Salamanca conjugué el quebranto de las muchas clases con las albricias de pulir
y darle diligencia a las Introductiones latinae, que tanta ventura me habían de
traer. Era menester poner claridad y cordura en el bosque azumbrado del latín,
tan enredado como rebajado. Luego mis afanes hallaron buen cobijo en el empeño
de dar cuerpo, ciencia y revestimiento a la lengua castellana, que andaba en
tropiezos, malbaratada y falta de regla. La Gramática y los Diccionarios
tentaban poner ciencia y claridad en predios confusos donde imperaban las
reyertas y el embarullamiento.
La más donosa lección
que me regaló esa empresa, como ungüento milagroso para las entendederas, fue
colegir que la lengua castellana no tenía que representar por fuerza todo el
artificio del latín, pues poseía rango propio y armazón de genuina riqueza.
Tengo para mí que la dura milicia de expurgar y ordenar ese universo de
palabras ha de concederle al castellano estatuto de lengua grande, capaz de
atravesar los mares y los siglos para arraigar en tierras en las que nunca se
pondrá el sol.
Seudónimo: Xavier de Penedo
Se define como viajero sin destino, pobre
aspirante a escritor a la caza de sueños fugitivos y empleado en oficinas
imaginarias. Vive en el norte, a veces viaja hacia el sur, ha plantado cientos
de árboles y publicado algunos libros.
(XVIII Antología)
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