PIEDRAS Y
PALABRAS
Bolonia, 2 de marzo de 1463
Imagino
al joven Elio recorriendo las calles empedradas de la ciudad. Recuerda su
Lebrija natal y cómo le dio por sumar a su nombre de pila el «Aelius», tomado
de una lápida romana de su Nebrissa. Proyecta su juventud en las sombras cortas
del mediodía, se ve ya hombre, sin saber que le queda mucho por madurar. Se percibe
joven caballero andante del saber. Comerse el mundo.
Roma y Bolonia, la belleza de un verso de Juvenal, de Quintiliano, de Ovidio… y también el tosco tumulto del foro. Nebrija es humanista por excelencia. Paradigma de un Erasmo español. Obras que nos vienen a todos al magín, la Gramática castellana, las Introducciones latinas; un Galdós parido en el siglo xv, un cerebro privilegiado que, como tantas veces ocurre hoy, tuvo que salir de España y fraguar su mérito en Italia. Su espíritu de cambio traslada el Renacimiento italiano a la península ibérica. Él quería aprender la pureza verdadera del latín en Italia, por eso el estudiar en la Universidad de Bolonia.
En el untuoso silencio siente que, a pesar de la dureza de las piedras y su afán de permanencia, eran las palabras las que podían gozar del favor de lo perenne. Como intención, recuperar el latín culto de Cicerón menoscabado en favor del habla vulgar. Como sementera, un buen conocimiento de la lengua romance, la del pueblo, para evitar que se perdiera aquel latín. De profesión: gramático, sembrador de la lengua, germinador de las palabras.
¿Socorrer aquella memoria liberándola con sus antiquísimas palabras? Memoria de la desmemoria. Luego, tornar a la patria, donde nadie es profeta, y acabar con la lengua de los ingratos catedráticos de Salamanca. Y, si levantara la cabeza, darse cuenta de que la lengua es un producto diacrónico y que poco queda de aquellos años jóvenes.
M.ª Teresa Castaño Palacios
Nacida en Cañizo (Zamora), pronto fue a Valladolid ya que su padre era maestro y toda la familia se trasladó a esta ciudad.
Estudió Derecho y obtuvo su título de licenciada en la Universidad de Valladolid.
Desde temprana edad su padre les inculcó el amor por la lectura y por los libros y, gracias a él, esa afición se ha mantenido desde su infancia.
Particularmente le gusta la literatura española y siente predilección por los autores del siglo xix, con especial cariño a Galdós.
(XVIII Antología)
Roma y Bolonia, la belleza de un verso de Juvenal, de Quintiliano, de Ovidio… y también el tosco tumulto del foro. Nebrija es humanista por excelencia. Paradigma de un Erasmo español. Obras que nos vienen a todos al magín, la Gramática castellana, las Introducciones latinas; un Galdós parido en el siglo xv, un cerebro privilegiado que, como tantas veces ocurre hoy, tuvo que salir de España y fraguar su mérito en Italia. Su espíritu de cambio traslada el Renacimiento italiano a la península ibérica. Él quería aprender la pureza verdadera del latín en Italia, por eso el estudiar en la Universidad de Bolonia.
En el untuoso silencio siente que, a pesar de la dureza de las piedras y su afán de permanencia, eran las palabras las que podían gozar del favor de lo perenne. Como intención, recuperar el latín culto de Cicerón menoscabado en favor del habla vulgar. Como sementera, un buen conocimiento de la lengua romance, la del pueblo, para evitar que se perdiera aquel latín. De profesión: gramático, sembrador de la lengua, germinador de las palabras.
¿Socorrer aquella memoria liberándola con sus antiquísimas palabras? Memoria de la desmemoria. Luego, tornar a la patria, donde nadie es profeta, y acabar con la lengua de los ingratos catedráticos de Salamanca. Y, si levantara la cabeza, darse cuenta de que la lengua es un producto diacrónico y que poco queda de aquellos años jóvenes.
M.ª Teresa Castaño Palacios
Nacida en Cañizo (Zamora), pronto fue a Valladolid ya que su padre era maestro y toda la familia se trasladó a esta ciudad.
Estudió Derecho y obtuvo su título de licenciada en la Universidad de Valladolid.
Desde temprana edad su padre les inculcó el amor por la lectura y por los libros y, gracias a él, esa afición se ha mantenido desde su infancia.
Particularmente le gusta la literatura española y siente predilección por los autores del siglo xix, con especial cariño a Galdós.
(XVIII Antología)
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