IN
PRINCIPIUM ERAT VERBUM
Anoche soñé que Elio
Antonio de Nebrija se me aparecía y escribía en mi frente con una blanquísima
pluma de arcángel cuatro palabras de fuego: In principium erat verbum. Después clavaba
sus penetrantes pupilas en mis ojos perplejos y me hablaba: «Presta atención,
joven profesor de Lengua Castellana que habitas hoy en Babel. A ti te
corresponde liberar las palabras encadenadas por la manipulación y la mentira y
recuperarlas para la verdad. A ti te corresponde restituir la relación de la
lengua con la cultura. A ti te corresponde proteger el arte del bien hablar y
del bien decir. No te desalientes si encuentras malherida a la ortografía,
mientras agonizan la morfología y la sintaxis. Es obra de los bárbaros que
gustan de destrozar la lengua. No te desalientes si descubres que tus jóvenes
estudiantes desconocen la lengua que heredaste e ignoran las palabras con las
que se tejen los textos literarios; hoy el castellano es lengua extranjera en
muchas aulas del mundo hispánico. Tú acude a beber de la fuente literaria de
los marginados clásicos, para que alivies tu sed de saber y puedas alimentar la
inteligencia y la sensibilidad de otros. Tú estudia con profundidad la lengua
de quien te amamantó y exprésate con claridad y sencillez para que puedas
devolver a las víctimas de los bárbaros cada palabra que les hurtaron. Tú
fomenta el interés por otros saberes que reaviven la lengua castellana y
siembra la tierra que te corresponde cultivar, sin olvidar que los bárbaros
esperan que abandones para asolar tu siembra».
Tras despertar me he
mirado en el espejo y he notado mi cabello, ayer negro, hoy encanecido y mi
cabeza, fría ayer, ardiente hoy. Casi ilegibles cuatro palabras ígneas
palpitaban en los surcos de mi frente: In principium erat verbum.
Julia Amezúa
Filóloga, doctora en Literatura y catedrática de
Lengua Castellana y Literatura en Valladolid. Durante años ha colaborado en
prensa cultural y ha sido crítica de teatro en ABC (Castilla y León).
(XVIII Antología)
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