lunes, 14 de abril de 2025

ANTOLOGÍA 2024: LA INFINIDAD DE LAS PALABRAS

 




LA INFINIDAD DE LAS PALABRAS
 
 
Un cosmógrafo llamado Toscanelli dejó escrito que si observamos el sol a la misma hora y desde el mismo lugar durante un año sus posiciones forman un dibujo (analema) muy similar al símbolo escogido en matemáticas para representar algo no medible. Por ejemplo, una idea infinita.
 
Si la lengua es el pensamiento, y este es infinito, cualquier ciencia puede ser determinada, explicada y comprendida. Únicamente las palabras transmitirán el conocimiento. Pero han de ser precisas para ser entendidas, porque si no, será limitado.
 
Ni la Iglesia ni el maestro son absolutos en sus dictámenes y, si la explicación no es comprendida, se perderá el conocimiento, pues si se enseña imponiendo, la motivación desaparece.
 
La lengua, como la religión, me ha de ilusionar, invitar a descubrir su grandeza, extensión y, por ende, su comprensión.
 
He cultivado en otras tierras donde la libertad de cátedra era un hecho. Un lugar donde la sabiduría se transmite gracias a la integridad de las palabras. Sin injerencias ni vaguedades.
No partirá de la grande España un lenguaje vulgar, pues siempre ha de ser la lengua compañera del imperio del conocimiento.
 
Se ha de dictar la norma y la gramática que refleje el origen y final de las palabras, sus significados y su uso. Que nos una en el camino de la expresión y el entendimiento. En nuestra cultura y también con la de otros pueblos.
 
El cosmógrafo trazó en latín nuevas rutas hacia el oeste y de su transcripción al castellano por Cristóbal Colón nuevos mundos han surgido de la oscuridad.
 
Yo, Aelius Antonius Nebrissensis, ilustro con este diccionario los caminos de la lengua latino-española, con significado y sentido clásico, y deseo que ella sea inspiración para una inmensidad de nuevas e interesantes retóricas y obras.
 
La infinidad de las palabras.
 
 
Soraya Martínez Martínez
Madrid.
(XVIII Antología)
 
 
 

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