lunes, 14 de julio de 2025

ANTOLOGÍA 2023: ORACIÓN FÚNEBRE

 



ORACIÓN FÚNEBRE

 
Desde Alcalá nos llega la noticia de que el pasado 2 de julio murió Antonio Martínez de Cara y Jarana, aquel que honró a sus antepasados eligiendo el praenomen de Elio y quien en su apellido llevará a su tierra siempre, Nebrija.
 
Aunque toda su vida le preocupó que el pueblo no conociera las palabras, y por eso se empeñó en enseñárnoslas, le angustió aún más que no supiéramos qué hacer con ellas.
Adelantado a su tiempo, antes de Erasmus, fue bolonio. Antes de Auschwitz, se dedicó a debelar la barbarie. Antes de la inteligencia artificial, usó el ingenio natural para leer las letras en el papel, el texto en el libro, las palabras en la lengua y el corazón, las estrellas en el cielo.
Fue maestro universal en Bolonia, en Salamanca, en Alcalá. Hoy, grammaticus semper, da nombre a una institución universitaria.
 
Escribió una gramática vernácula para una reina, editó unas introducciones latinas para un maestre, tradujo una escritura sagrada trilingüe para un cardenal.
 
Como discípulos, debemos honrar su memoria educando a las nuevas generaciones sin violencia, así lo dejó bien escrito, pues la letra no entra con sangre. Como lectores, releamos su salutación a la tierra que lo vio nacer, a la casa, la parva domus, en la que se crio, más emocionante que la optimista de Darío y mucho menos fatal. Como hablantes, disfrutemos del romance en el que canta, habla y vive el pueblo, porque tiene más autoridad y belleza que la prosa de los poderosos, más verdad que las leyes en letra pequeña, más compasión que sus esdrújulas y anglicismos.
 
En el principio, la palabra y la carne.
 
Gracias, dómine Nebrija. Sic tibi terra levis!

 
 
Javier Izcue Argandoña
(XVIII Antología)
 

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