jueves, 27 de noviembre de 2008

Hola, estamos actualizando los contenidos de nuestra web añadiendo más vivencias del temario propio de OROLA. La última incorporación se llama Admiración, y os la transcribo:

ADMIRACIÓN

Admiración. Es uno de los sentimientos más espontáneos del hombre; el sentimiento nacido de la contemplación.

La Admiración de buena ley es la que se da en los espíritus humildes y sencillos, ante lo que ellos consideran superior y maravilloso.

La superioridad intelectual, moral, física -siempre que no falte la justicia- produce admiración.

La Admiración es un ingrediente fundamental del amor.
Al hombre le admira la gracia de ella, su delicadeza femenina, su tierna sensibilidad, su entereza.

A ella le admira su fuerza, su hombría, su inteligencia.

La Admiración, para que sea constante, necesita ser consistente.

Renovada Admiración, ante una obra de arte, ante un fenómeno de la naturaleza, ante un hombre excepcional.

Quien no es capaz de sentir admiración por nada ni nadie, es incapaz de comprender la belleza, ni de sentir la humildad.

La Admiración del inferior por el superior es unas veces fruto de la humildad o del respeto, pero otras muchas, consecuencia de un cómodo servilismo.

Ser admirados. Todos, en nuestro fuero interno, deseamos ser admirados.
Por nuestra prestancia, por nuestra inteligencia, por nuestra fortuna, por nuestra simpatía, por nuestra bondad...

La Admiración se produce cuando se supera el nivel medio y se entra en el terreno de lo grandioso, de lo sublime o de lo bello.

Quien busca la admiración por sí misma es un fatuo que quizás consiga la admiración de los imbéciles.

Saber recibir las expresiones de admiración, sin envanecimiento es una de las raras cualidades que pueden adornar a los grandes hombres.

Un saludo

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