miércoles, 3 de diciembre de 2008

DIVAGACIONES

Las palabras son equivocas.
Fijar su significado esencial es la labor de los escritores y pensadores.

Concisión. Dar con la idea.
Luego expresarla de la forma más bella y más breve.

¡Estamos hartos de palabras, palabras!

Necesitamos ideas, grafismos, metáforas, paradojas,
pero no a la manera lógica y retórica, que nos abruma.

Por fuerza de cosas la lógica y la matemática
se han impuesto en la vida, con fuerza de ley.

El hombre necesita un nuevo laconismo
que depure nuestras fauces estragadas de tanta retórica.

Un lenguaje nuevo, diverso, conciso, rebelde,
si se quiere aparentemente ilógico y desordenado.

Lo que antes era patrimonio de unos pocos excéntricos,
hoy es la forma de vivir de amplios sectores de la juventud inconformista.

El hombre clama, ante todo, por sus fueros de libertad.

La racionalidad del hombre está llegando a tal grado que está sofocando al animal.

Y el hombre, animal-rey de la creación, se rebela ante la sociedad cuadriculada
que le fuerza a vivir entre ejes de coordenadas y abscisas.

Todo se reduce a máquina, a organigrama, a proceso y por eso,
el hombre, como animal acorralado, salta.

¿Hacia dónde salta el hombre?
Hacia fuera, desde dentro, en cualquier dirección.

La cautividad del hombre moderno
es el precio de su progreso o mejor aún de su materialismo.

Y cuando el hombre, en su descanso o en sus vacaciones,
descubre la naturaleza virgen y libre, sueña y se rebela.

La rebelión del hombre se proyecta hacia la sociedad, irreflexivamente,
violentamente, inconscientemente.



Vivencia publicada en la sección del Temario Completo de OROLA en nuestra web
Saludos

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