viernes, 16 de julio de 2010

PALABRAS

Claudia Marisol Gaitan Alvarenga, de SANTA TECLA, EL SALVADOR

Un día las palabras acariciaron suavemente la punta de mi lengua y juguetonas se quedaron en la comisura de mis labios.
Un día fuí consciente de su poder, de su presencia.
Por ellas me fue otorgada la llave de la vida.
Me convirtieron en una semidiosa, revestida con un traje de letras y frases.
Me otorgaron el poder de escribir los más hermosos versos, pero también de herir en lo más profundo de las almas.
Por ellas pude contar historias maravillosas y describir los peores horrores.
Pude nombrar la creación y llamar a viva voz al amado.
Tiernas o feroces, cautelosas o impulsivas…. Así de impredecibles son ellas, las palabras… mis palabras.

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