jueves, 22 de julio de 2010

RELACIÓN PASAJERA

Marlon James Sales, de MEYCAUAYAN, FILIPINAS

Rostros ausentes en un vagón lleno de
espíritus ambulantes,
machacados por los empujones de
la hora punta de la mañana.

Viajamos. Volamos. Vagabundeamos
dentro de esta gran serpiente que sisea
encima de chozales de uralita,
parando de vez en cuando a saludar
al dorado astro que despierta a una ciudad
dormida en los brazos fugaces del amanecer.

Tú estás ahí. Y yo también estoy,
pegados el uno al otro,
oliéndonos el aroma de nuestro desodorante.
Saboreando el sudor que fluye por nuestras caras
mientras los segundos nos mecen
en un trance prohibido
que nos sumerge en un abismo de fantasía
donde nos vemos la desnudez de la inquietud,
la flacidez de sueños efímeros y
la ruptura precoz de esta volatilidad cotidiana
que estamos obligados a vivir.

La despótica alarma resuena inmisericorde
y me bajo sin mirarte.
Yo ya llegué sin que tú llegases.

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