jueves, 26 de agosto de 2010

REBELDÍA

Hermelinda Rodríguez Salgado, de Cáceres



Pago tu celo de padre con mi rebeldía adolescente.
¿Acaso pedí nacer, tocar lo terrenal?
Te impones frente a mi juventud con tu predisposición a indicarme normas y directrices, entonces es cuando nuestros caminos se desvían.
No hay obediencia. El único vínculo que puede llegar a unirnos serán tus palabras inmensas, desbordándose como un río de belleza impetuosa;
la poesía que creas se expande con urgencia, como un haz de luz que penetra en mi mente virgen, con acordes levísimos que salmodian mis sueños. Solamente así podremos fortalecer el respeto.
Y escuchándolas, pienso en esa sutil alegoría de la creación perfecta.

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