Publicamos otra de las vivencias que nos envió el ganador de este año, Juan Manuel Seco del Cacho. Con ese sentimiento tragicómico tan español, nos presenta a un sabio personaje que se declara perdedor, abocado a un poético fracaso.
RIDICULUM VITAE
Heme aquí, para serviros.
Yo, varón, soltero, diestro,
animal humano, medida de todas las cosas y eterno insatisfecho.
Omnívoro y contradictorio.
Viviendo, sin vivir en mí.
Objetivo profesional: ninguno conocido.
Doctor en cataclismos,
master en teoría de catástrofes, y en práctica del caos.
Licenciado en digerir infiernos (con premio especial),
y, a mi pesar, diplomado en tragarme las lágrimas.
Preparo por libre primero de incongruencia,
repito segundo de esperar a ver qué pasa,
y aprobé (copiando) tercero de horror al vacío.
Especialista universitario en complacer a terceros y negarme hasta el aire que respiro,
y experto en no distinguir las voces de los ecos.
Prácticas no remuneradas de haber dejado la vida pasar (sin pena ni gloria).
Formación permanente en justicia poética.
Eterno opositor a morir junto al mar.
Me encanta la forma tan cómica mediante la cual describe en el texto los obstáculos con los que se encuentra en la vida. Una inyección de tragicomedia, sin lugar a dudas, una vivencia estupenda.
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