Recuerdo a mi padre siempre leyendo. Su sillón junto a la ventana por la que entraba el sol. Una estufa de leña y una pequeña estantería cargada de libros.
Yo me sentaba en una silla baja junto a su sillón y le decía: “léeme algo” y él contestaba: “esto no lo vas a entender, es sobre una guerra”, pero me lo leía.
El paso del tiempo no ha mermado mi capacidad de lectura. Hoy sigo leyendo; estoy sentada frente a una ventana por la que entra el sol, frente a mí hay un radiador, la biblioteca de mi estudio guarda los tesoros que durante estos cincuenta años he acumulado.
Mi padre se halla postrado en un sillón, yo sentada en una silla baja, con una mano retengo la suya mientras leo una novela, él me dice; “léeme algo”, y yo le respondo: “esto no lo vas a entender. Trata sobre una guerra virtual.” Me contesta que no importa, lo que quiere es oírme.
Escrita por María Teresa Durá Juan, de Onil, Alicante
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