viernes, 7 de octubre de 2011

Francisco Sánchez Serradilla, en OROLA

Estuvo la semana pasada en nuestras oficinas el ganador del primer premio OROLA de 2011, Francisco Sánchez Serradilla. Aprovechamos para hacerle una foto, enseñarle la portada, y charlar un poco para conocerle mejor.

Francisco Sánchez Serradilla, junto a Fernando Orlando,
con la portada de la Antología de 2011

  • Tiene 28 años
  •  Trabaja y estudia Psicología.
  • Empezó su afición a la escritura a los 13 años, y recibió un premio en el Instituto que le animó a continuar.
  • Ha escrito ya dos libros: "Jardín presidio" (2004) y "Prospecto de una lágrima" (2009)
  • Su proximo trabajo se llamará "El libro de las razas". Su tesis parte de que en en futuro, debido a la globalización y al mestizaje, el concepto de raza tal y como lo entendemos desaparecerá y surgirán unos nuevos tipos de raza, basadas más en el componente psicológico que en el físico. 
  • Como referencias literarias nos cita a Steinbeck, por su prosa, tan sintética, que se acerca a la poesía, y por su ideario ético. También Camús y Kafka forman parte de sus escritores preferidos.
  • En un principio se obsesionó con la originalidad, pero ahora opina que el camino más directo hacia la literatura es la propia proyección personal. 
  • Nos comenta la alegría que le produjo ser el ganador de esta edición. Tanto por el reconocimiento, como porque le sirve para tener una referencia externa, que a veces falta en el proceso de creación.

Aprovechamos para publicar otra vivencia presentada por Francisco, en la que, según nos comentó,  tenía "más fe" que en la ganadora. 

LA PÉRDIDA

La única manera de comprender el dolor por la pérdida de un ser querido es conocer esta historia. Por ella entenderás que cuando muere el joven prometido que habría de casarse la próxima primavera, para la joven prometida, también ha muerto el chico que se disculpó al tropezarse con ella por primera vez. Y también el que se atrevió con un libro como primera muestra de afecto. Ha muerto el joven que intentó enseñarle a nadar aquella tarde de junio, y el que se presentó a la puerta de su casa, en corbata y zapatos, para llevarla al baile. Ha muerto el que se derramó la copa de vino en aquel cóctel de aquella entrega de premios. Y el que le recitó en mitad de la noche, aquel poema, cuyo último verso no se puede olvidar. 
Comprenderás, de pronto, lo que este efecto dominó de la memoria quiere decir: la joven no ha perdido a una persona, sino a cientos. Por eso el dolor es tan insoportable.

Fue una charla muy agradable e interesante. En breve nos volveremos a ver en la Presentación.

Saludos


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