y fresco, como los pozos de Murakami. Cierra la trampilla
para que nadie, NADIE, interrumpa esta dicha. Bésame. Acaríciame. Dime que todo irá bien. Dime que afuera, en mitad del mundo, hay un jardín precioso que nadie pisa, un mar repleto de sirenas, y peces amarillos y corales. Dime que somos dichosos por tenernos, por querer vivir, por planear cosas bellas.
Pasa, mi amor, el sueño está siempre dispuesto. Y yo me siento
bien de tenerte conmigo. Falta poco para octubre.
Mientras tanto, todas las noches te espero y te quiero, y sonrío,
y te llamo. Muchas gracias por venir. Cuando te marches,
me gustaría un beso de buenos días.
Escrita por:
Eva Maturén Esteban2º Premio “XIV Certamen literario Picarral”, 1997. Zaragoza
2º Premio “VIII Certamen de Declaraciones de Amor”, 1998. Fuenlabrada
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