A mí me hablaron las piedras.
Frío en la calle.
Cruzo el umbral que da acceso al recién consagrado
Templo de la Sagrada Familia. Asombrado, escucho.
Todas las piedras me hablan. Invitado a entrar por las del exterior, dentro, en el centro, una preciosa clave de bóveda reclama
toda mi atención. Me quedo solo, mirándola y… me habla.
Me habla de altura, de sed, de infinito, me invita a alzar la vista,
a verla única, con todas -conjunto armónico con las que la rodean- a saborear la obra bien hecha, a amar la perfección,
a no tener miedo a innovar. Me susurra que merece la pena,
que estamos llamados a cosas grandes, que somos piedras vivas, aunque no se nos vea…
La escucho. Gracias.
Hoy, a mí, me hablaron las piedras.
Escrita por:
Mercedes-Cecilia Cortacans Amat
LA LAGUNA (Tenerife)
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