Perdido en un bosque de álamos, vi la belleza del que desnudó
su alma para ofrecerte su savia, que sabía a asfalto y olía a tabaco mojado. No supe ver el mensaje secreto que escondías
en las lágrimas de tu almohada, ni las luces de neón camufladas bajo tus párpados. Disfrazado de tu confidente
desvestí tus enigmas, destapé tus miedos y conquisté tus dédalos
en los que me perdía sólo con mirarte, pero no sirvió de nada.
El magnetismo que nos unía pasó de moda, hoy viste pétalos tu ausencia, que día a día se distancia un poco más de mi ignorancia. El pasado se nos quedó angosto, y en un septiembre perdí
el verano que me faltaba a tu lado. Águilas atisban desde lo alto del cielo mi nombre escrito con sangre en tus dudas.
Sonó el despertador y amanecí entre tus páginas,
sin otra intención que devolverte todos los segundos que te debo.
Escrita por:
Daniel Somolinos PérezLicenciado en Comunicación Audiovisual
MADRID
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