miércoles, 7 de diciembre de 2011

ENERO

Tarde o temprano iba a ocurrir y no me arrepiento.
Te lo insinué tiernamente, lo escribí seriamente entre bromas
y anécdotas, te lo dije con mis ojos, mirándote profundamente tratando de descifrar tu alma, hablé a tu oído con palabras suaves y desesperadas.

Me embriagué en tu aroma, mi ilusión acabó con los prejuicios
y tus ojos incontenibles derrotaron mi moral, no fue necesario pensarlo una y otra vez.

El sabor de tus labios fue glorioso, el sentir tu respiración enredarse con la mía, pagó el costo de mi irreverencia
y de mi irrespeto. Esos segundos me acompañan a donde vaya, lejos de ti, hacia tu ausencia, hacia tu silencio, hacia la distancia.

Jamás hubo condena tan dulce, llevar en mi recuerdo como castigo al crimen leso, el beso no correspondido.


Escrita por:
David Ricardo García Gómez
COLOMBIA

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