miércoles, 1 de febrero de 2012

NAMASTÉ

He descubierto la divinidad que hay en ti, que hay en mí.

He conocido a Dios, Alá, Buda o Yahvé…
Todos son uno y todos están entre nosotros.

Lo supe cuando resucité. En mi viaje al Tercer Mundo descubrí que estaba muerta entre tanta prisa, tantas discusiones,
tanto materialismo, tanta inutilidad… Ya no regreso a mi antigua vida porque ya no es mi vida. He vuelto a nacer.

He visto el amor, la bondad y la compasión en los rostros
de esas gentes.

Nos compadecemos de ellos porque no tienen coches,
ni hipotecas, ni sentido del ridículo, no conocen las marcas
ni las firmas de moda, y sin embargo son más humanos,
más respetuosos.

Tratan a la Tierra como a una madre y a sus mayores
como a sabios.

Occidente está perdido entre tanta ambición, los valores
se han invertido y ahora el dinero marca la dirección,
¿qué haremos sin agua? ¿Sin aire?


Sonia Alarcón Rabadán
Licenciada en Administración y Dirección de empresas.
ALMERÍA

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