Llega tarde. Son las 9:15 de la mañana y Elena ya lleva en pie
un par de horas. Sube un café a su marido y lo despierta, avisándolo de que deja a los niños en el colegio y va directa al trabajo. Él se despereza tranquilo, indolente; recuerda a un león inmenso y bello. Lentamente, levanta el edredón y le muestra
una gran erección acompañada de una sonrisa.
Con un mohín despectivo, Elena sale de casa.
J. Turpie
MORALZARZAL (Madrid)
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