lunes, 3 de septiembre de 2012

ANTOLOGÍA 2011: PARA CONSECUTORES ROMÁNTICOS HIPERACTIVOS

Nos corrompemos a nosotros mismos. Desvirtuamos nuestra esencia con cada acción que en vez de brotar del alma, pasamos por el filtro de la intencionalidad. Nuestras acciones buscan patológicamente materializar un resultado. Sobrevaloramos nuestro poder e intentamos controlar, acelerar y propiciar lo que está por venir. Emponzoñamos nuestras habilidades diseñando estrategias rimbombantes con las que acortar el camino. Deseamos algo con tanta pasión que nos resulta impensable permanecer quietos, esperando. Y por no sufrir la esclavitud de la espera, sufrimos la de la hiperactividad consecutora. Sólo que, mientras la primera nos acerca a nuestro deseo, la segunda nos aleja. Y la razón es sencilla: la ansiedad modifica nuestra esencia, y nuestra esencia es la que atrae a la persona que nos es afín.

Clara Navarro
MADRID

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