martes, 8 de enero de 2013

MUJER

Viví como me lo permití,
amé sin barreras.
Soñé todo lo que pude.
Convertí todos los sueños que pude en realidad
y luché como la más increíble de las guerreras
en luchas propias y aquellas de causa justa
sin dejar respirar a mis adversarios.
Convertí granos de arroz en montañas inexpugnables
e hice de charcas lagos.
Mi nombre es el que elegí,
y mi fortuna,
la libertad de ser quien soy,
de ser quien quiera ser,
de ser todo lo que tengo la fortuna de ser.
Miro al Sol de mil formas distintas y veo más allá de las nubes.
Amo a la Tierra Madre
y al dios de las tempestades.
Soy medio ángel, medio demonio.
Tu sueño o pesadilla,
tu cárcel o tu castillo.
Soy la madre de muchos o la de ninguno.
Algunos creyeron llamarme constancia,
otros valor, esperanza, fuerza, fervor,
pero en realidad, ya os lo he dicho,
soy quien tengo que ser cuando tengo que serlo.
Soy mujer, libre.
No tengo ni amo, ni dueño.
No tengo nada que no elija y desee.
Mi nombre es el que elegí
y mi fortuna, la libertad.

Engracia Núñez Muñoz



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