lunes, 4 de marzo de 2013

RABIA

Se me acumula la rabia dentro del pecho.
Tengo miedo de que reviente y puede que sea lo mejor,
así muero de una vez porque
ahora estoy muriendo poco a poco.
Es una agonía lenta.
Noto la rabia, el odio
esparciéndose por todo mi interior,
contaminándome con su veneno,
al igual que las sombras se extienden
cuando el Sol se va apagando.
Mi pensamiento va por un lado,
mi boca va por otro,
no se entienden.
Pienso en algo, estoy convencida de ello,
creo en mí, tengo razón.
¿Por qué, boca, mientes?,
¿por qué me dejas abandonada?,
¿por qué este malhumor?,
¿por qué esta rabia?
Tienes que ser el altavoz de mi interior,
de mi pensamiento,
decir lo que quiero decir, no lo que tú quieres,
no puedes tener vida propia.
Me siento como la tierra sobre la que no llueve.
Poco a poco se va agrietando,
resquebrajándose, resecándose
hasta convertirse en un erial incapaz de crear vida,
de retener la vida, de sentir la vida.
Seca muerte que es al fin muerte sola.

Cristina Perea Cárdenas
CARTAGENA (Murcia)

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