Me pides que te diga adiós en cien palabras, como máximo.
Exigencias de la tecnología amorosa. Mejor así, supongo.
Siempre resultaron incómodas las despedidas largas. Ya
llevo
veintiocho, creo. Además, nosotros ya nos habíamos dicho
todo,
sería absurdo ponernos a hablar precisamente cuando nos
alejamos.
Mejor que hablen nuestros abogados, que no tienen límite
de palabras en sus argumentarios procesales. Me entra
prisa,
ya ando cerca de setenta. ¡Uf! ¿Uf cuenta? Si cuenta uf,
ya son setenta y nueve. Si no cuenta, ochenta y dos.
No hay quien lo entienda. Como el amor. Cuenta uf.
Noventa y ocho. Te quiero.
Amando García Nuño
Licenciado en Periodismo
Poeta
MADRID
Blog: http://parecequevuelvotarde.blogspot.com/
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