Como
venimos haciendo en días anteriores, seguimos publicando vivencias de la
Antología 2013.
MERECE LA PENA
Me levanté envuelta en una sábana de sudor a pesar
de que el viento presagiaba otra mañana gélida, haciendo
pareja
con mi corazón, que hoy estaba de luto. Empezaba un
tratamiento
con escasas posibilidades de éxito. El cáncer estaba
demasiado
extendido. Podía resignarme a morir o asirme a la última
oportunidad que se me brindaba. Quizá elegí la peor
de las opciones pero hay tantas cosas por las que debo
agarrarme
al último segundo de vida que lucharé hasta el final.
Nadie nos avisa cuando venimos a este mundo de que
debemos
recorrer un largo camino de espinas, pero frente a esta
postura
fatalista, soy de las que piensan que hay muchas flores
por las que debemos luchar, flores que siempre vencen
a las espinas: el beso cándido de una madre, la mirada
cómplice
de tu pareja y, sobre todo, la sonrisa de un hijo, que te
agarra
la manita intentando infundirte fuerzas ante la
ignorancia
de lo que está pasando. Por ello he decidido luchar hasta
mi último
suspiro, porque soy de las que piensan que por muy ardua
que sea la tarea de llegar hasta la luz, merece la pena
intentarlo.
Begoña
Cerdán Lasheras
Profesora
de Secundaria
BUÑUEL
(Navarra)
(VII
Antología pág. 171)
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