Como
venimos haciendo en días anteriores, seguimos publicando vivencias de la
Antología 2013.
EL BESO
Siempre había soñado con besarla de forma ardiente,
con la misma pasión que los galanes cinematográficos,
mas cuando mis labios se posaron en su boca me sorprendió
la inesperada frialdad y dureza de los suyos. Mis manos
temblorosas reconocieron al instante la rigidez de un
cuerpo
con formas perfectas pero demasiado angulosas y firmes.
Nunca pensé que fuera tarde para nosotros, podía sentirla
viva
aún, seguíamos a tiempo de fundirnos eternamente. La besé
como a nadie antes. Le insuflé todo el oxígeno de mi
pecho
mientras rítmicamente empezaba a oprimir el suyo. Sus
labios
fueron cogiendo temperatura y su cuerpo se volvió cálido
y vibrante.
Por fin había conseguido la primera nota de mi trompeta.
Roberto
Soto Arranz
(VII
Antología pág. 215)
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