YO ESTUVE CONTIGO
Me desperté y empecé a buscarte pero no te encontré.
Salí al jardín y caminé entre los arbustos y las flores
y no estabas.
Entré de nuevo en la casa, me preparé un café
y te esperé largo tiempo...
pero no llegaste.
Me fui al trabajo y te busqué
creí que ahí te encontraría, pero tampoco estabas.
Pensé que quizás habías vuelto a casa
y regresé corriendo.
Te busqué de nuevo
y solo encontré tu carta:
"Te despertaste esta mañana
con un tibio rayo de luz sobre tu cara.
Te seguí al jardín y me apartaste
al tocar sin mirar mis bellos nardos.
Estuve frente a ti, en el rico aroma del café
que salía de tu taza.
Me fui contigo al trabajo y te mostré
el hermoso cielo azul de la mañana,
pero no lo viste.
Entré contigo en la oficina
y te saludé con la voz suave del portero a quien
ignoraste.
Insistí en que me vieras en los ojos de tu amiga
que lloraba inconsolable, y tampoco me viste.
Me regresé entonces contigo
y de nuevo en casa, mientras me buscabas
te escribí esta carta y me fui."
Amanda
Guillermina Rivera Gómez
EL
SALVADOR
(IV Antología pág. 15)
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