TIERRA DE EMOCIONES
Soy una Melibea que no se suicida y saborea el carpe diem, orgullosa;
un quijote, ebrio de locura, que defiende sus ideales,
con renovada
fuerza y sale al mundo con el espíritu inquebrantable de
un
caballero, que más allá de lo ridículo, exalta la
valentía, el coraje
y el sacrificio enardecidos de justicia, solidaridad y
ayuda a los
oprimidos; soy Adela rompiendo la vara dominadora de
Bernarda
y evitando la tragedia de todas las que se vieron atrapadas
por
las convenciones sociales y una visión coercitiva de la
mujer, sin
independencia ni libertad propia; soy el grito de Miguel
Hernández,
cuyo espíritu vuela rompiendo los barrotes de una cárcel
que nunca
lo verá perecer, para volver a su hogar y a su higuera.
Soy el donjuán, indómito y seductor, pero al final,
redimido
por un amor tan intenso, que es capaz del mayor milagro;
el misterio
de Bécquer con sus espectros y esos ojos, estupefactos,
que velan
mis leyendas al anochecer; la picardía del Lazarillo para
sobrevivir
en un mundo adverso; un Larra, que con ironía y habilidad
de
librepensador, muestra, sincero, con crudeza, una
sensibilidad, que
a pulso, pretende reformar los aspectos negativos de una
sociedad
a la que ama; soy Machado soñando caminos; Unamuno,
inquieto
y atormentado; un Segismundo confundido; Arrabal,
denunciando
con humor el sinsentido de la guerra, en una parodia
extraordinaria;
un Sancho Panza, cuya cordura no me impide creer en la
lealtad al
amigo de locuras altruistas; la energía positiva de Álex
Rovira y el
valor en alza del autoconocimiento; la reivindicación de
la identidad
de Cernuda, carismático, homosexual rechazado por su
familia, en
busca de placer y hondas emociones compartidas, que rocen
el alma.
Soy la verdad de esta tierra; pasión, dolor, lucha,
crecimiento
y esperanza. Soy autenticidad.
Esther Navarro
Francés
Profesora de Enseñanza Secundaria de Lengua y Literatura española
ALICANTE
(VIII Antología pág. 19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario