martes, 20 de enero de 2015

ANTOLOGÍA 2014: AVE FÉNIX

AVE FÉNIX

España, país excelso de raigones profundos, como hilazas de acero.
Fuiste leño y ya eres bosque por las praderas del universo. Atrás
quedaron las fronteras angostas con aroma a pueblo creyente de
sacristía y taberna, a sumisos obreros bajo el peso de una pena
antigua sujeta a la mordaza del Sindicato Vertical.

De ti nacieron tímidos pimpollos con el alborozo de las buenas
noticias y ese temor a la escarcha tardía. Adelante el verano, bajo
un círculo de sombra que hacía grandes las tardes de agosto, tus
hijos, recién barnizados, aunaban esfuerzos por hundirse en la greda,
por crecer blandamente, sin molestarse, compartiendo suelo. ¡Qué
orgulloso estabas!

Decorados de verde esperanza descubrieron que podían llegar
al norte o extender sus semillas por el mar Mediterráneo. Más
allá de ríos y lindes otras geografías ofrecían su saber y su pan.
Pujantes arbustos cuya savia se nutría con leche y miel de los salmos
prometían un futuro de espesura compacta, de cepas clavadas en
noble tierra española. El desaire parecía alejado, sin embargo, por el
follaje difuso asomaban tallos osados atropellando la equidad de la
campiña.

Regiones secesionistas henchidas de un fervor irracional que
desprecia al diferente, en nombre de la cultura separadora,
amenazan con desbaratar la soberana nación de España.
Iberia del pueblo griego, Hispania con los romanos, península
occidental de Europa, no doblegues la testa humillada. Resurgirás
invicta de tus propias cenizas como el ave fénix.

Los que te queremos y, somos muchos, asistiremos al milagro de tu
resurrección.

Carmen Fernández Pérez de Arrilucea
Auxiliar de Enfermería jubilada
VITORIA-GASTEIZ
(VIII Antología pág. 61)

No hay comentarios:

Publicar un comentario