MENDIGANDO SILENCIOS
Abro la caja, suena a recuerdos y a fotos viejas
y… troqueladas…
¡Qué bonitos días!
¡Qué bonita patria!
¡Todos a una!
Castilla la Vieja, Castilla la Nueva,
y nadie se sobresaltaba.
Sin embargo, ahora escribo, desde la añoranza
y con el grito de dolor, de quienes…
hemos dejado de mirar atrás, para simplemente
mirar, para otro lado…
Quizá… podríamos, dejar en cero el hoy,
para por una vez, ponernos a sumar mañanas,
hasta el infinito…
Quizá… incluso podríamos perdonarnos,
todo lo que pudo ser y no fue…
por eso de que el pasado es eso…
pasado…
Quizá… teníamos que haber sembrado aire,
creado refugios y cumplido sueños…
Quizá… deberíamos haber inventado algo,
que no fueran palabras…
Haber apostado con fe…
por la piel ajena…
Ahora… me paro, me detengo…
y… pienso:
el fin es el principio…
Me niego…
a no crear poesías de amor…
que las poesías paguen los destrozos,
y su recuerdo, sean únicas migajas…
de calor…
Solo digo…
que nuestra España, es un proyecto…
maravilloso…
que en la época de Carlos I,
el español era una lengua universal…
que ese lenguaje común que nos une,
a todos los parlantes de habla hispana
no decaiga en nuestros amaneceres…
El agua, si solo la miras, no te calma la sed,
y… que en esta vida… solo tenemos eso…
¡a esta vida!...
¿Qué mendicidad de silencios hará falta para otorgarte?
Mª del Carmen Agudo
Serna
(VIII Antología pág. 179)
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