viernes, 27 de marzo de 2015

ANTOLOGÍA 2014: SI ME OBLIGAS A ELEGIR

SI ME OBLIGAS A ELEGIR

¿A quién quieres más, a papá o a mamá?
Pregunta capciosa donde las haya que obliga al niño a elegir,
dejándole, en el mejor de los casos, confuso, y en el peor, cargado
para los restos con un sentimiento de culpa difícil de superar.

Culpa por tener que mirar en su interior y darse cuenta de que
en ocasiones prefiere a uno que a otro, por tener que analizar y
cuantificar las bondades de aquellos a los que quiere…

Como ya no soy un niño no voy a dejar que me cargues con la culpa
de tener que decidir entre partes de una misma cosa, entre aspectos
distintos de mi propia esencia.

Si me obligas a elegir entre praderas verdes o austeros barbechos,
entre barras de sangre y oro o pétreos castillos, entre aromas
de naranjo y azafrán o adobo de matanza, entre silbos que penetran
el aire o rasgueos que penetran el alma…

Si me obligas a elegir entre ríos escuetos que delinean el paisaje
o caudalosos que lo inundan, entre arcos de medio punto o
apuntados, entre el sobrio alcornoque enseñoreándose de la dehesa
o la sombra alargada y perenne del abeto…

Si me obligas a elegir entre consonantes nasales, ceceadas o
seseadas, entre vocales que se desparraman por las comisuras
de los labios o que se cierran como en un suspiro, entre diminutivos
pequeñines o pequeñicos, entre meigas, bruxas, sorginak, bruixas
o brujas normales y corrientes…

Si me obligas a elegir entre creencias, razones, interpretaciones
o batallas, entre verdades absolutas, medias verdades o zafias
mentiras, si me obligas a elegir entre España o sus trozos,
tenlo por seguro, elegiré Portugal.

Rosa García Cachán
(VIII Antología pág. 177)

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