jueves, 7 de mayo de 2015

ANTOLOGÍA 2014: SENDEROS DE SENSACIÓN

SENDEROS DE SENSACIÓN

I. LA PRIMAVERA

El soplo de mis sentidos,
el barro de mi alma,
la arcilla de mis palabras.

Toco esta tierra y toco
las entrañas de mi alma.
Huelo esta tierra y huelo
el aroma de mi alma.
Miro esta tierra y miro
la quietud de mi alma.
Oigo esta tierra y oigo
la voz de mi alma.
Beso esta tierra y beso
mi propia alma.

II. EL VERANO

Tarde eterna
suelo eterno, luz apacible
y tiempo…, mucho tiempo.

Callado escucho
la voz seca de estas espigas.
Callado miro, hipnotizado,
cómo vienen y van
estas espigas mecidas como agua de mar.
Callado, callado, callado
observo cómo estas olas llegan a la orilla
de la cuna de mi infancia,
de la cuna de mi tiempo,
de la cuna de mis recuerdos.

III. EL OTOÑO

L’Autunno
Concerto in Fa Maggiore RV 293

Déjame morir aquí…,
entre los olivos y las vides
que ocultan mi ánima,
entre el amanecer y el anochecer
que tiñe mi ánima.
Déjame morir aquí
entre el silencio y la paz
entre el vino y el aceite
que curan y sosiegan mi ánima.

IV. EL INVIERNO

El suelo agrietado y seco
de esta tierra
es la misma piel de cuero
de mis sentimientos.

Reunidos todos,
todos los dulces y amargos almendros.
Reunidas todas,
todas las fértiles vides.
Reunidos todos,
todos los ubérrimos olivos…,
han decidido, por unanimidad,
acogerme en su seno
y me han pedido
que deje aquí, para siempre,
el resto de mis sentimientos.

Hic iacet, pulvis, cinis et nihil.

Manuel Fernández de la Cueva Villalba
Doctor en Humanidades y Ciencias Sociales
Profesor de Filosofía
(VIII Antología pág. 213)

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