ANTE LA TUMBA DE SANCHO PANZA
Que la humildad
padece sobrepeso
no figuraba en las
leyes del mundo.
Fue tu buen hacer,
fue tu yo profundo
quienes la
inscribieron con pan y queso.
Teniendo a tu
borrico como enseña,
fuiste leal,
tozudo, bueno y sabio.
Solo la verdad
salió de tus labios
y tu actitud a
todos nos enseña.
Ni un refrán había
en tu mollera
que no cortase un
mal de parte a parte.
Los mascaba tu boca
con tal arte
que serán ejemplo
para otras eras.
Fuiste, en bruto,
un alma de diamante,
y en humano, una
hogaza de buen pan.
Tus grandes
desvelos, ahí están,
y tus esfuerzos son
apasionantes.
Fue tu humildad lo
más enaltecido
y ay de aquel que
no siente su latido.
Juan Martínez-Val
MADRID
(IX Antología)
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