martes, 8 de septiembre de 2015

ANTOLOGÍA 2015: CONTEMPLANDO

CONTEMPLANDO

Después de impartir sus clases en la universidad, ya al final de la mañana, pasea por un parque, no lejos de la pensión donde vive. Desde aquí se columbra la línea de las montañas. Esta ciudad, Tucumán, tiene un clima benigno, pero los mejores meses son los de octubre y noviembre. Le gusta encontrarse con un hombre anciano, que pasea como él. Se han hecho amigos. La luz es clara y brilla en los follajes reverdecidos. Su amigo está sentado en un banco.  «¿Cómo le va mi amigo?». Él, que es español, emplea ya el decir argentino. El viejito tiene la mirada alzada hacia un pajarillo en un árbol y tarda en contestar: «Pues ya me ve don Manuel, contemplando».

Don Manuel recoge muy hondo la contestación. Y mientras va volviendo se pregunta: «¿Por qué he sentido tan fuerte ese contemplando”?». Él es filósofo y aquilata las palabras. La respuesta le viene de repente, es un agua que discurre en los versos de un poeta del siglo XV, en España. En los tiempos tan duros que vive el maestro, estos versos, mientras los dice para sí, le alivian la pena de su lejanía. Un poema que abre con verbos que apremian: «despertar, recordar, avisar» y se remansa en un «contemplando». Su amigo, el viejito, sin él saberlo, como los buenos amigos, ¡cuánto regalo le ha hecho esta mañana!

Y se repite a sí mismo un verso del final del poema, que hubiera querido tener de leyenda en un escudo «… con voluntad placentera, clara y pura…». Qué buen lema para vivir… y para morir.

Esta es una vivencia imaginada por quien escribe. El que la vive es el filósofo Manuel García Morente, que enseñó un año en la Universidad de Tucumán, en 1938, y allí pronunció las conferencias de su libro Idea de la Hispanidad. Un texto luminoso para «facer España».

Mercedes Redondo Sanz-Bachiller
(IX Antología)

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