viernes, 11 de diciembre de 2015

PRIMER PREMIO OROLA 2015



LAS PALABRAS MEJORES

Nunca he viajado a la América que habla español, pero la he leído. El páramo incendiado de Rulfo, la sangrienta revolución de Carpentier, los inflamados y terrosos versos de Neruda, los mundos mentales e infinitos de Borges, la húmeda melancolía de Onetti, la desmesura exacta de García Márquez, la violencia y el humor de Vargas Llosa, la intrincada imaginación de Cortázar, La Habana resucitada en la memoria de Cabrera Infante. No es lo mismo, lo sé. Las palabras revelan, ante todo, al autor, y solo secundariamente a la tierra, al paisaje, al continente asombroso; pero, por otra parte, solo las palabras explican, inquieren, comprenden, hacen dudar, ponen en valor y en solfa lo que hay. Es decir, que la vivencia, sin el lenguaje que la hace entendible y pensable, sería cúmulo informe de imágenes y sensaciones, fluido más o menos agradable en el que flotar, pero en el que sería imposible nadar, avanzar. En cambio, la vivencia de las palabras mejores contiene la experiencia y el conocer de los que saben más que uno, de quienes antes que nosotros han sido capaces de rasgar el velo de lo aparente y penetrar en el fundamento, en la savia de la realidad. La vivencia hecha lenguaje es útil; hecha gran literatura, imprescindible.

Nunca he viajado a la América que habla español, pero la he leído.

César Ibáñez Paris
Nacido en ZARAGOZA en 1963, reside en Soria
Licenciado en Filología Hispánica
Profesor de Secundaria
(IX Antología)

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