REGRESARTE
Anoche no me dejaron dormir tus libros. Mil días
esperándote, mil noches escuchándoles susurrar sus amarillentas pasiones, montados
sobre ruidosos siglos de dialéctica, cuando en el fondo saben que la felicidad,
como el hierro, es solo una posibilidad, que necesita el sudor del músculo y la
fuerza del martillo para lanzar esquirlas de luz.
Desde que te fuiste no paran de aletear por el comedor
alborotándolo todo de palabras. Tus colecciones de arte hispano, tus ensayos
sobre lengua y literatura castellana, tu Cervantes y tu Lorca y Salinas,
Machado, J.R. Jiménez, todos, hasta Bécquer que se ha roto la tapa.
Lo siento, pero me daban tanta pena sus aldabonazos de
melancolía que esta mañana he abierto la ventana y los he soltado. Si no,
hubieran muerto cualquier día contra el cristal. Se han ido uno a uno,
aleteando fuerte desde mis manos, como vencejos enjaulados mucho tiempo. Bajo
sus alas viajan todos los caminos y las gestas, los mares de espigas y las
lenguas muertas. Los nombres de nuestros padres, las poderosas naves llenas de
cultura y de historia. La emoción de ver escrito en la arena el primer «te
quiero» y entenderme… y amarme.
Esta tarde han llovido palabras. Dos gotas han derramado
recuerdos dentro y fuera de los cristales, resbalaban por los tejados, y caían
a plomo, formando charcos, como agujeros de cielo en el asfalto. Unos niños
chapoteaban buscando las vocales en sus nubes reflejadas, y una bandada de
versos ha surcado veloz el aire de papel. Después se han marchado en tu busca,
a ese país donde no anidan las cigüeñas, a lloverse sobre sus gentes, a hacerte
España. Para que esta tierra que construimos con nuestras manos llegue a todas
partes. Para que nos hermane. Para que te sientas en casa. Para regresarte.
Laura Cabedo Cabo
Asistente social
VALENCIA
(IX Antología)
Muchas gracias por esa ilustración hecha con cariño. Por poner colores y formas a mis palabras...gracias.
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