YO VOY SOÑANDO CAMINOS
Suelo caminar por las ramblas que me gritan su historia.
España es un peregrino pinchándome las suelas, y mi sangre no es otra, que
velámenes que apuntaron al verdor de cocoteros, a negras cabelleras con
libertad de viento, mientras otras, se consumían al fuego por no creer en lo
inaudito. ¿A dónde fue a parar tanto dorado? Mis ríos están secos y los reyes
detrás de muros infranqueables, aún escupen las rocas del olvido. Soy el
resultado de quienes temen perder la riqueza que no tengo. Whitman era largo
como su barba. ¡Vale!, canto y me abrazo. Hay que amarse como se aman las
empedradas calles, oler el toro que amenaza con sus cuernos la paciencia. No
más Guernica. Machado y Lorca se asoman entre estrofas para espantarnos los
molinos del Quijote, para despertarnos con una bofetada; y no
me importa si Quevedo se burla de mi lengua, o que digan que espanto con mis
manos: soy arco que vibra en esta tierra; sueno maracas y castañuelas. Soy hija
del tambor y de la gaita. Mi abuelo no pudo jamás conocer Río Fuerte, demasiada
pobreza para llegar tan lejos, hundir sus ojos en la sal de sus ancestros. Los
ancianos inspiran en los cafés sus últimos años; y allí, mi abuelo con adiós
infinito. No más Guernica. No más Picasso. Estos tatuajes están en la memoria.
Madeline Pedroza
Lombana
Nacida en CUBA,
reside en EE.UU.
(IX Antología)
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