viernes, 12 de febrero de 2016

ANTOLOGÍA 2015: COLLIURE, 22 DE FEBRERO DE 1939



COLLIURE, 22 DE FEBRERO DE 1939

«Estos días azules
y este sol de la infancia»,
¿qué encierran estos dos versos
que de esperanza me hablan
que no pretendo evocarlos
y sin avisar me embargan…?
¿Serán los versos de ayer,
acaso los de mañana
cuando el sol vuelva a nacer
sin las fronteras de España,
cuando te marchaste huyendo
de tu tierra y de tu patria…?
¿Ya sabes tú, don Antonio,
cuando los poetas hablan
a dónde van sus suspiros,
dónde quedan sus palabras…?
¿Por qué hablas de azules días,
por qué de soles de infancia
cuando se te va la vida
rota, que no queda nada…?
¿Qué tienen estos dos versos
que de emoción nos asaltan,
que no se pueden cantar
sin que se nos parta el alma…?

«Estos días azules
y este sol de la infancia»,
en todo lo que descubren,
¿cuánto dicen, cuánto callan…?
Cuando quiero recordar
lo que siento con palabras
me guían por un sendero
azul lleno de alboradas,
y por esas alamedas
que son bellas, que son blancas…
Con estos versos postreros
cuando la vida se apaga,
¿qué nos queda, don Antonio,
de la vida que se escapa…? 

A punto ya de partir
la nave que te llevaba
tan ligeros de equipaje
y sin pena nos dejabas,
tú que suspiraste tanto
por tu tierra y por tu patria
y te llevaste de Soria
toda tu vida y tu rabia.
 A ti te quedó tan poco
que nos parecía nada
y nos mandaste subir
al Espino de tu amada,
allí donde está su tierra,
allí donde está tu alma,
que sea una tarde azul
dijiste, una tarde clara;
allí volveremos siempre
cuantas veces haga falta
a recordar a tu amor
haga calor, frío haga,
cuando se sube al Espino
arriba, donde su casa
allí, donde está su tierra,
haremos «facer Españas»…

Julio Arnaiz
Nacido en VALGAÑÓN (La Rioja), reside en Logroño
(IX Antología)

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