AMANECER FRENTE AL OCÉANO
Vamos hermano, sentémonos junto a la orilla de este
inmenso océano que nos une y nos separa a la vez mientras nuestros hijos juegan
en la arena.
El
pintor de la bóveda celeste ha puesto en su paleta los más bellos colores para
dibujar este amanecer, ha mullido cientos de nubes de algodón para que puedan
asistir a nuestra fiesta todos aquellos que imaginaron una gran comunidad unida
por un mismo idioma, por una gran cultura hecha de muchas banderas, fraguada a
través de los siglos por los hombres y mujeres que se atrevieron a escribir una
nueva historia. No fue tarea fácil sentar las bases de nuestra actual
convivencia. Muchas injusticias y ambiciones, muchas gentes sin escrúpulos con
corazones de piedra se interpusieron en su camino, pero a cambio nacieron otros
tantos valerosos quijotes que siglo tras siglo dieron su tiempo, su alma y su
vida por la libertad, por la justicia y la hermandad entre nuestros pueblos.
Vamos hermano, mírame a los ojos y verás las lágrimas que
han vertido al saber de muchos y vergonzosos pasajes de la historia que
llenaron de dolor a millones de corazones que creían en un mundo sin fronteras,
donde la diversidad era el mayor legado, la más grande y pura fuente de sabiduría
y que no cesaron en su empeño. Brindemos por ellos, por su valor, porque
gracias a su hermosa locura hoy compartimos un maravilloso idioma que nos une,
porque nos han ayudado a salir adelante, apoyándonos mutuamente en los momentos
de necesidad, porque han sido los que han cosido con su amor a los hombres las
viejas heridas del pasado.
Vamos, hermano, que el nuevo día viene vestido de fiesta
y alegría. Miremos hacia el sol, porque allá, al otro lado del mar millones de
hermanos celebran la festividad de la Hispanidad con nosotros y nuestros hijos.
M.ª Begoña Larrosa Gregorio
Asesora de empresas
(VIII Antología)
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