IRES Y VENIRES
«Facer España», amigo mío, significa colocar la primera
piedra de la catedral en la ciudad de Cuzco, capital del antiguo Imperio inca.
«Facer España» es tomarse una enchilada en la calle Hermosilla de Madrid a
fecha de hoy a las tres de la tarde. «Facer España» es sembrar nombres que
invocan nuestras raíces y nuestros recuerdos (Medellín, Trujillo, Valencia,
León, Zamora, Córdoba…) y mestizarnos de un paisaje que da colorido a nuestros
ojos. «Facer España» es transportar caballos y naranjos… o semillas de naranjos,
y saborear frutas como la guayaba, el mango, el aguacate, el ananás, la papaya
y un infinito etcétera. «Facer España» es visitar Valladolid y hacer una parada
en la iglesia de la Magdalena, donde está enterrado el Pacificador Lagasca,
para dedicarle un homenaje. Es continuar caminando hacia el convento de los
dominicos junto a la iglesia de San Pablo y pisar los muros donde tuvieron
lugar las disputas entre Sepúlveda y Las Casas y batir las palmas para dar un
aplauso. «Facer España» es bautizar plazas, calles, avenidas y paradas de metro
con nombres como: Rubén Darío, Colón, Colombia, Avenida de América, Núñez de
Balboa, Buenos Aires… «Facer España» es comer paella en Santiago de Chile y un
cebiche en Barcelona; bailar un tango en La Boca y un pasodoble en Sevilla… o
al revés. «Facer España» es disfrutar leyendo a Borges, Lope de Vega, Octavio
Paz, Carmen Martín Gaite, Juan Rulfo, Pedro Salinas, Cabrera Infante o los
hermanos Quintero. «Facer España» es brindar con un pisco peruano, un tequila
mexicano o un buen vino chileno y agradecer a la historia sus ires y venires.
Beatriz
Gómez-Pablos
Profesora de Lengua
y Lingüística en el Departamento de Lenguas Románicas
de la Universidad
Comenius
BRATISLAVA
(Eslovaquia)
(X Antología)
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