viernes, 17 de febrero de 2017

ANTOLOGÍA 2016: LAUS SPANIAE




LAUS SPANIAE

Recordé la escena, un tanto chusca, de una gran serie televisiva en la que un actor catalán independentista, en su papel del consejero Mercurino Gattinara, coreaba el grito de «¡Vivan las Españas!» que inició su católica majestad, el emperador Carlos I.
Y caí en la cuenta de que Cristóbal Colón se dirigía a los Reyes Católicos como «rey y reina de las Españas» (era frecuente por entonces el uso del plural, como «las Indias» y mucho después «las Américas»), aunque Isabel y Fernando se referían casi siempre a sus reinos como Castilla y Aragón. También el almirante bautizó como «La Española» a la actual isla de Santo Domingo. Y es que el concepto de españolidad y de nación española nos viene de los visigodos (Leovigildo, Recaredo). Sorpresa para muchos: es anterior al de Castilla. Recordemos, entre otros, a san Isidoro (con una loa a España), a Sancho el Mayor de Navarra (se hizo sepultar como «rey de España») y a Alfonso X el Sabio (escribió una Crónica general de España).
No pude por menos que pensar en el contraste que había entre el impulso expansivo e integrador del emperador y las ideas rupturistas del actor de marras, con varios siglos de distancia entre ambos. Todo ello en nombre de supuestos agravios.
El piamontés Gattinara, admirador de Erasmo de Rotterdam, influyó en Carlos para que luchara por el establecimiento de una monarquía universal y el emperador se dio cuenta en pocos años de que la base de su imperio estaba en España, en «las Españas» (un bello nombre que algunos no quieren pronunciar).
Carlos llegó extranjero y murió español. Algunos compatriotas, con una visión reduccionista y aldeana, tienen un recorrido inverso.

Amalio Ordóñez Gallego
Médico jubilado
MADRID
(X Antología)

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